El verano es una época en la que la mayoría de los niños tiene horarios distintos al resto del año al estar de estar de vacaciones. Suelen levantarse más tarde, su día alarga y se acuestan más tarde, tienen más tiempo de ocio, etc.
Este cambio en la rutina puede ocasionar cambios en el patrón de su dieta habitual, como por ejemplo los horarios de las comidas, en el número de ingestas al día, ya que algunos se saltan comidas. Y también consumen alimentos poco habituales durante el curso, como los helados, etc.